En Orbita Lunar

Hay que aprender a decir ¡NO! Sin inmutarse, cuando nos veamos en la obligación de hacerlo. Que nadie nos organice la vida ni nos lleve a donde no queramos, ni nos obligue a hacer, decir u obrar en contra de nuestra voluntad. Somos dueños de nuestros actos, de nuestras decisiones y de nosotros mismos y nadie puede tomarse la libertad de pretender torcer nuestra voluntad, salvo que le asistan buenas razones y sea la fuerza de sus argumentos la que nos mueva a cambiar de opinión.