EL CAMINO
El camino a la sabiduría, a esa sabiduría cósmica, consiste en no identificarse con el complejo cuerpo-mente. Tenemos que recordar constantemente: "Yo no soy el cuerpo, no soy la mente, soy el observador, el testigo". Poco a poco se volverá natural y no necesitaremos recordarlo, simplemente estará ahí, será una corriente subterránea.
Incluso cuando duermes sabes: "No soy el cuerpo, no soy la mente, soy el testigo". Incluso cuando sueñas sabes: "Soy el testigo de los sueños".
Cuando esta observación haya profundizado tanto, estaremos a punto del momento decisivo. Entonces en cualquier momento, desaparecerán todos los límites y de repente seremos ilimitados, seremos infinitos.
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