En Orbita Lunar

Si extraemos un cuenco de agua y barro de un charco y lo dejamos reposar ¿Qué sucede?. Que el barro va decantándose, se deposita en el fondo y por último, el agua clara aparece en la superficie.

Ocurre exactamente igual cuando cesamos nuestra avalancha de actividades para relajarnos, nos sentamos unos instantes, atentos a nuestra respiración y a nuestro Ser Interior. El agua embarrada de nuestros pensamientos y emociones, omnipresente al principio, se deposita poco a poco, y el agua clara de la conciencia lúcida surge en nosotros.

Evidentemente el barro no desaparece, pero si nos recogemos en el silencio, el barro ya no estará en suspensión en nuestra mente. Se depositará en el fondo, para que la semilla de la sabiduría, pueda echar raíces y crecer hasta la superficie de nuestra conciencia.