EL TIEMPO DE LOS REBELDES



Ya que no vivimos tiempos revolucionarios, aprendamos al menos a vivir el tiempo de los rebeldes. Saber decir no, esforzarse cada uno desde su realidad en crear los valores vitales de los que ninguna renovación podrá prescindir, mantener lo que vale, preparar lo que merece vivirse y practicar la felicidad para que se dulcifique el terrible sabor de la justicia, son motivos de renovación y esperanza.

Es momento de integrar nuestro tiempo vital en nuestra vida. Podemos elegir como si la vida fuera un continuo perder, un adiós constante, un lamento eterno por lo que dejamos atrás, o podemos rebelarnos y pasar a la acción inteligente. Nuestra pasividad favorece la injusticia, el sufrimiento colectivo y la desesperanza.

¿Cómo actuamos en nuestra vida? ¿Vivimos el tiempo de los rebeldes o el de los resignados? ¿Sómos justos con nosotros mismos? ¿Preparamos lo que merecemos vivir o esperamos sentados que alguien resuelva nuestra ecuación vital?

A veces nos centramos tanto en ganarnos el sustento y asegurarlo todo que olvidamos forjarnos una vida. Es tiempo de rebelarnos y de pedir lo que realmente deseamos, y no sólo lo que imaginamos que podemos conseguir, porque el resultado de desear desde la carencia y de amar desde la carencia es tan sólo un cúmulo de platos recalentados, un amasijo de males menores y una vida mediocre que nos hace infelices.

La persona que nos devuelve la mirada desde el espejo es ante la que vamos a responder todos los días. Es tiempo de luchar para que se instale el nuevo paradigma: un ser humano que opta por la creatividad en lugar de por la destructividad. Y esta revolución debe ser continua e imparable. Millones de seres humanos lanzados en busca de la armonía no se reducen así como así a la escalvitud. Y el punto de partida de esta revolución es la construcción de la paz interior en cada uno de nosotros.

Posted by Altair | en 7:40

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