En Orbita Lunar

La conciencia humana no sólo es capaz de ser consciente de la información y de la energía de su própio campo cuántico, sino que también puede transformar de forma consciente el contenido informativo y energético que da origen a nuestro cuerpo, ampliando nuestro mundo y haciendo que se modifiquen cosas en él.

Este cambio consciente se debe a dos cualidades de la conciencia: la atención que genera energía y nos carga de ella, y la intención que transforma la energía y la información. Todo aquello sobre lo que actúa la atención cobra especial fuerza y potencia. Si la atención no ejerce su acción sobre algo, acabará por perder su potencia hasta desaparecer o hasta perder parcial o totalmente su fuerza y vitalidad.

¿Cual es el papel de la intención? Actuar sobre la atención organizando múltiples sucesos en el espacio y en el tiempo y activando sinergias, para que podamos obtener los resultados perseguidos.

En plena sincronía y armonía con el universo, nuestra atención debe estar plenamente activada, orientada y focalizada en el presente y nuestra intención y deseos en el futuro. El secreto está en aceptar el presente y no luchar contra él, hay que proyectar y crear el futuro más inmediato con la intención y el deseo de optimizar nuestra vida. El pasado es el recuerdo, el futuro, posibilidades y el presente realidad, conciencia, verdad, eternidad. El presente es la potencialidad del espacio-tiempo, de la materia y de la energía.

El eternauta es consciente de que su vida sólo puede ser fecunda si se mantiene conectado al inagotable flujo energético del universo, que es silencio y equilibrio.