EL CÓDIGO MÁS ANTIGUO




Tuvo que existir un momento en que el hombre levantó la vista hacia el inmenso manto de la noche, y fue repentinamente consciente de que en su interior tenía infinidad de preguntas danzando entre sueños y percepciones. Entonces comenzó a dibujar en las paredes las incógnitas de su antigua memoria. Códigos de granito, petroglifos sinuosos de visiones antropomorfas reverenciando figuras ancestrales. Animales perfilados por artistas con el alma colmada de ocres terrosos, mezclados con la sangre de los bisontes y la evanescencia de tantos momentos detenidos en el tiempo. Esas manifestaciones artísticas son las primeras señales de nuestra humanidad, evidenciada a través del poder de la energía creativa, de la magia, del sentimiento de que siempre ha existido esa otra otra realidad, que se nos escapa de entre los dedos. Los dioses siempre han habitado nuestro interior, pues están formados por la misma sustancia de la que están hechos nuestros sueños.


Tal vez las piedras tengan la respuesta.

Posted by Altair | en 15:24

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