En Orbita Lunar

Para intentar comprender el movimiento inercial de la Nada en su desarrollo de la Totalidad, primero tenemos que plantearnos el concepto "esencia".

La esencia es la manifestación individual de la Nada a través de la conciencia universal, que de manera íntima experimenta así los avatares del lento aprendizaje evolutivo.

Por lo tanto las esencias son la base primordial de todos los seres existentes, por medio de los cuales se manifiesta la Nada en su movimiento expansivo.

La Nada crea el universo con su marea experimentadora de realidades, y las esencias alimentan esa expansión. El universo crece al ritmo del aprendizaje de sus esencias individuales.

Las esencias se concretan en abanicos de posibilidades cuánticas, sólo limitados por su propia individualidad. Con la concreción, la creación que desea la esencia actúa sobre los campos morfogenéticos, desarrollando una matriz energética que se realizará físicamente, a partir de la información que el cuerpo etérico ofrecerá a los átomos que conformarán la moléculas y en su progresión, desarrollarán racimos de células que irán creando la arquitectura del soporte físico. La esencia tiene la posibilidad así de manipular el ADN del ser a crear, y programar las cualidades para su desarrollo y trabajo futuros.

De esta manera, una esencia determinada puede conducir el desarrollo cerebral de su vehículo físico, para crear una nueva gama de conexiones neuronales, que le permitan formar un neocórtex con más capacidad para soportar estructuras referenciales de pensamiento no imaginadas hasta ahora en esta realidad.

Así se podrán comprender nuevos conceptos y concretarlos en esta dimensión.

Abrir conciencias no es más que crear cunas cerebrales para el progreso de estas. Con el crecimiento de nuestras pautas mentales, crece nuestra vibración energética.

Ahí está el paso adelante en el camino de la evolución.