SOMOS LO QUE PENSAMOS


Somos lo que pensamos, pero no somos conscientes de ello y creemos que todo lo que existe empieza a partir de lo que perciben nuestros sentidos y que nuestro cuerpo no es más que un conjunto de carne y huesos, que identificamos con lo que somos.
Con el pasar de la vida, descubrimos que este cuerpo que creemos ser, va enfermando y envejeciendo. Sabemos que las experiencias vividas, se transmiten a ese cuerpo en forma de emociones y pensamientos, que pueden hacer que seamos felices y gozar de buena salud o bien al contrario, que seamos infelices y enfermemos.
Descubrimos que todo lo que sentimos y pensamos es de suma importancia, pero mucho más importante suele ser nuestra actitud hacia esos sentimientos y emociones. Vivimos y experimentamos constantemente sin preguntarnos el por qué hemos vivido esas situaciones. Vivimos sin detenernos a observar lo que vivimos, sin entender lo que vivimos y como afecta a la integridad de nuestro ser infinito.
Permitimos que las emociones negativas se instalen en nuestro interior y muy sutilmente, vayan inundando de plomo nuestros cuerpos, arrastrando así una existencia dura y difícil, que nos lleva a creer que la vida implica sufrimiento y que todo es dolor y amargura.
Cuando nos quedamos en silencio, corremos a encender la radio o el televisor para no escuchar a nuestro interior, para no sentir los mensajes que nuestro ser interno nos grita con desespero.
Deberíamos hacer un esfuerzo consciente, dar un paso adelante y apostar por la alegría, debemos trascender las situaciones y encontrar nuestra luz interior, ese lugar que nos mantiene centrados ante las experiencias de la vida.
Utilizar las herramientas que tenemos a nuestro alcance: la Meditación, el Reiki, el Taichi, el Chikung o simplemente la conversación con un amigo y sobre todo, una voluntad interna de superación ante las adversidades.
Utilizar todas estas herramientas como posibilidades para escuchar nuestro interior y percibir los mensajes de nuestros sentimientos y nuestros órganos internos. Así iniciaremos el proceso de la sanación y transformaremos en energía positiva todos esos pensamientos y emociones negativas que se hacen insistentes en nuestra mente, hasta convertirse en los poderosos enemigos que nosotros mismos alimentamos.
Liberándonos con la voluntad, la esperanza y el trabajo interno, de ese pesar que arrastramos, llegando a alcanzar un entendimiento diferente de lo que es nuestra realidad y descubriendo el camino de la Maestría integrado en nuestras vidas.
Un milagro empieza con un cambio de pensamiento.

Posted by Altair | en 9:30

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