PROCESO CREATIVO



Algunos persiguen la realidad y otros la crean. Para crear debemos estar dispuestos a imaginar nuestras posibles realidades, silenciar nuestra mente de ruidos, abrir los sentidos y darnos permiso para explorar y asumir nuestro propio caos.

El proceso creativo siempre es arriesgado, puesto que cuando se inicia no disponemos de un mapa, ideas preconcebidas o diseños cerrados. Debemos estar dispuestos a dejarnos sorprender.

Todo se crea dos veces. Primero hay una creación mental y luego una creación física. Seamos o no conscientes de ello, todo empieza en la mente. Jung lo intuyó. La mente universal es muy antigua. Lo contiene todo. Todo lo pensado, todas las palabras, todas las ideas, todos los sueños, todas las posibilidades, todas las combinaciones. Y todo está ahí esperando, toda la energía y fuente de creatividad.

Un cerebro bien orientado y entrenado puede conectar conscientemente nuestra mente a la mente universal. Pero esta mente universal también contiene toda la maldad, la crueldad y la destructividad de la humanidad entera.

También todo esto está ahí. Y es de esta libertad para escoger las fuentes a las que nos conectamos que emana nuestra responsabilidad. Según sea la transparencia de nuestras intenciones, la preparación de nuestra mente, la obertura de nuestros sentidos, los valores e intereses que nos guíen, la coherencia entre lo que buscamos y nuestra propia persona, accederemos a unas posibilidades o a otras.

La agitación del mar vuelve turbia el agua. Todo está ahí, pero si queremos ver el fondo será preciso aquietar el oleaje de nuestros pensamientos. ¿Cómo podemos conectarnos? Calmando nuestra mente, centrándonos, focalizando nuestra atención y afinando nuestros sentidos. Entonces entramos en el "flujo", un estado en el que nuestra información creativa fluye sin esfuerzo y en el que desaparece el concepto tiempo. Esto sucede cuando estamos inmersos en algo que nos interesa o apasiona especialmente.

Nuestro lóbulo frontal representa el cuarenta por ciento del total del cerebro, y cuando estamos en el flujo actúa como si se tratara de un controlador de volumen, eliminando todo aquello que no es prioritario en ese momento. La mente calmada es como un espejo que deja ver a través de la superficie aquello que ya existía antes pero que no éramos capaces de percibir debido a nuestra agitación.

Todos somos creadores. Si nos sentimos sin esta capacidad deberíamos revisar las energías que nos mueven y las posibles distorsiones que entorpecen nuestro acceso a esta gran fuente de energía disponible.

Posted by Altair | en 12:27

0 comentarios:

Publicar un comentario