En Orbita Lunar

Los seres humanos y el resto de los seres vivos son una configuración energética dentro de un campo de energía, que podríamos llamar Océano Cósmico, conectado con todo lo material e inmaterial que existe en todos y cada uno de los universos posibles e inimaginables. Este océano de energía pulsante es el motor central de nuestro ser y de nuestra conciencia, la razón de nuestra existencia.

No existe la razón dual "yo" / "no yo" entre nuestros cuerpos y el resto del universo, sólo hay un campo energético subyacente que lo comprende todo. Este campo es el responsable de las funciones más elevadas de nuestra mente, y es la fuente de información que guía la formación de nuestros cuerpos y de lo todo lo que existe. Es nuestro cerebro, nuestro corazón, nuestra memoria: es en todo momento un anteproyecto de lo que se va a materializar como real. Más que los gérmenes o los genes, este campo es la fuerza que determina finalmente si estamos sanos o enfermos, y es la fuerza con la que debemos contactar para curarnos. Estamos vinculados e involucrados, somos inseparables del universo y nuestra única verdad fundamental es nuestra relación con él.

Este océano de energía cósmica que somos, como dijo Einstein en una ocasión: "es la única realidad". Pero antes de que Einstein pronunciara estas palabras, vino Newton y nos desgarró el tejido universal, creando la dualidad y por lo tanto, la idea de separación entre el hombre y el universo.