En Orbita Lunar

Todo lo que se nombra tiene un final. El Tao nos habla de que el universo “Es” mientras no se nombra, cuando lo haces deja de ser lo que “Es” y muta en la interpretación.

Más allá de materia y energía está lo subyacente, sin origen, espacio y tiempo. Mas allá de los ladrillos de la realidad relativa y la espuma quántica ese “algo” se adhiere a la levedad de nuestros cuerpos fotónicos, coexistiendo en nosotros para siempre. No es explicable, no hay cognición, solo sentimiento.

La verdad es lo incognoscible. La palabra que lo expresa es la interpretación de una imagen mental. Nos valemos de imágenes mentales para interpretar. Para comunicarnos. Para explicar qué cualidad de percepción tenemos. Lo que los científicos llaman “qualia”.

Pero hay que ser conscientes de que es solo una aproximación. La punta del iceberg de la experiencia. La experiencia solo se entiende desde la experiencia propia. Igual que desde la orilla no sientes la temperatura del mar ni su profundidad. Así es en la experiencia de los acontecimientos intemporales. Si no estas dentro de la marea no sientes la marea.