En Orbita Lunar

Los humanos competís unos con otros por la energía. Lo hacéis, inconscientemente, lo mismo en un enfrentamiento hostil que en una relación afectiva. Si observáis vuestras propias interacciones y las de otras personas os daréis cuenta de esa especie de rivalidad y empezaréis a entender la implícita naturaleza de los conflictos humanos. A medida que aumente vuestro conocimiento también apreciaréis que la energía adquirida de este modo no dura mucho. Más adelante, durante vuestro viaje a la conciencia, llegaréis a la conclusión de que la auténtica energía a que aspiráis procede del universo. No necesitáis obtenerla de otras personas. La necesidad de ejercer control y la búsqueda de dominio son impulsos universales dirigidos a evitar el vacío interior. Vuestro instinto de supervivencia viene acompañado por las necesidades psicológicas y espirituales de seguridad, intimidad, bienestar económico, sentido de pertenencia a algo, agradecimiento y control sobre vuestras vidas. Los cambios de vibración energética suceden tan constante y ubicuamente que apenas los notáis, hasta que vuestra energía ya ha disminuido o aumentado de forma perceptible. Del mismo modo que aprendéis vuestro idioma nativo, asimiláis el lenguaje del intercambio social. Vuestra forma de relacionaros es la manera habitual en que dais y recibís energía sin tener que pensar demasiado en ello, y permanecéis adictos a vuestras posiciones particulares ante la necesidad de conseguir energía. Posicionamientos ante vuestros semejantes, que eran ya utilizados y efectivos en la familia en cuyo seno nacisteis.