RETORNO A LA MEMORIA. Capítulo Cinco.

-...Tenéis que recordar, que fueron nuestros maestros y que un día habitaron entre nosotros. Como también tenéis que comprender que al mismo tiempo que nosotros nos alimentábamos de su presencia, muchos de ellos estuvieron en otros lugares de este mundo enseñando sus palabras a los humanos que en esas tierras desconocidas habitan.

El anciano coge aliento con ávida lentitud. Mira con detenimiento a las personas que le han acompañado en este último viaje. Jóvenes, viejos, sacerdotes, discípulos, todos en silencio reverencial. Luego mira más allá, la llanura de Nazca es un lienzo para las figuras que hace tiempo fueron grabadas. Las lágrimas son un torrente contenido en el fondo de sus ojos. Cuando deshace por fin el nudo de su garganta sigue hablando con voz de plata entrecortada.

-...También quiero que recordéis y que enseñéis a vuestros hijos y estos a los suyos... que lo único que importa en nuestro vínculo interior con el universo. A lo largo de este viaje somos diferentes hombres, pero es ese vínculo lo único que es imperecedero y es nuestra identidad real. Ese lazo siempre se compone de la misma luz cósmica, esa energía interior tiene un nombre para cada uno de nosotros, su nombre viene dado por un símbolo...

El anciano Anduaka coge un palo y traza sobre el suelo de la cima Anniki un tosco dibujo. Un círculo partido por una serpiente.

-Este es mi símbolo...- Dice, mientras hace un segundo dibujo, otro círculo, pero este partido por dos serpientes cruzadas. -Y este es el de mi maestro Kandor. Cada uno de vosotros tenéis un símbolo personal que os relaciona con la infinitud de seres que habitan el universo. En cada símbolo se almacena la información que habéis aprendido en las existencias anteriores. Es vuestra memoria inconsciente. Donde está dormida la sabiduría real. Esa individualidad sólo se abandona al final del viaje eterno que como seres de luz hacemos, en busca de la Totalidad, es el precio que hay que pagar por comprender la divinidad... Tenéis que recordar... Hablad bien, pensad bien, sentid bien... sólo eso os hará evolucionar...

Los pulmones del anciano Anduaka se rompen al fin con un estertor de fuelle reseco. Una sedosa luz se desprende desde su cuerpo al tiempo que deja de respirar. Sus ojos abiertos se pierden en la inmensidad, ciegos de paz y silencio.

Continuará...



Posted by Altair | en 18:44

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