En Orbita Lunar

"...En el principio llovió durante más de 50000 años, ininterrumpidamente, quasares y pulsos iluminaban el cielo perpetuo desde la lejanía. El volcán de la vida escupía savia y lava a partes iguales.

Millones de años después el hombre piso la Luna y observo la negrura cósmica, miro a través de su escafandra, y sintió orgullo y soledad. Nuestras vidas eran motas de polvo en una playa infinita, mientras la Tierra trazaba orbitas y elipses en un acto psicomágico.

En la medida en que despertamos a un nuevo estado de consciencia nos reconocemos germen del universo entero, parte de su piel cristalizada en átomos y electrones. Alrededor de nosotros nos envuelve un asombro trascendente, inexplicable. En nuestro viaje interior se desvanece el tiempo en el no tiempo.

Contemplar la Tierra... , su impecable juego de luces y sombras, su danza inevitable en ésta precisa longitud de onda. Contemplar la obra del soñador de mundos, que nos recuerda el origen insondable de nuestra existencia, mas allá de lo externo, mas allá de lo interno, donde lo visible se adentra en lo invisible".