En Orbita Lunar

Sois lo que pensáis que sois. Cuando el pensamiento es negativo se produce un círculo vicioso. El pensamiento guía a la experiencia, que a su vez guía al pensamiento, que a su vez guía a la experiencia. Cuando el pensamiento básico es alegre, esto puede producir una alegría constante. Cuando el pensamiento básico es infernal puede producir, y de hecho produce, un continuo infierno.

Un pensamiento o una palabra expresado y vuelto a expresar se convierte en justamente eso: en expresado. Es decir, en algo exteriorizado. Se convierte en algo realizado externamente. Se convierte en vuestra realidad física.

En el verdadero orden de las cosas no se hace algo para ser feliz, sino que se es feliz y, en consecuencia, se hace algo. No se hace algo para ser compasivo, sino que se es compasivo y, en consecuencia, se actúa de determinada manera. En un ser de conciencia elevada, la decisión del alma precede a la acción del cuerpo. Sólo un ser inconsciente trata de producir un estado del alma a través de lo que hace el cuerpo.

La preocupación es precisamente la peor forma de actividad mental que hay después del odio, y resulta profundamente autodestructiva. La preocupación no tiene sentido. Es malgastar la energía mental. Crea reacciones bioquímicas que dañan al cuerpo, produciendo un sinfín de problemas que van desde una simple indigestión, hasta una parada cardiaca. La preocupación es la actividad de una mente que no entiende que somos UNO con el Universo.

El temor es la preocupación llevada al extremo. La preocupación, el odio y el temor, junto con sus vástagos: la ansiedad, la amargura, la impaciencia, la avaricia, la crueldad, la severidad y la condena, todo ello ataca a nivel celular del cuerpo. En estas condiciones, resulta imposible tener un cuerpo sano.

Toda enfermedad ha sido creada antes en la mente.